CAPILLA DE LA CASA PARROQUIAL DE SAN JUAN EL REAL


Fachada de Fray Ceferino.
En el número 24 de la calle Fray Ceferino, muy próxima a la Basílica de San Juan encontramos la casa parroquial que acoge sus diversas actividades y asociaciones. Éste fue inaugurado el 30 de mayo de 1969 tras dos años de construcción según los planos de Joaquín Cores Uría. El edificio de seis pisos, cuenta además con un gran salón de actos y la capilla que a continuación describimos.

Se trata de un espacio de planta rectangular, con capacidad para ochenta personas, a la que se añaden la sacristía y un habitáculo-confesionario que comunica con ésta. 
Presbiterio cuenta con una puerta corredera que permite transformar el lugar en sala de conferencias.
Toda la decoración corrió a cargo de los prestigiosos Talleres Granda, al igual que el templo parroquial.
El retablo consiste en una imagen barroca de Cristo de gran expresividad, sobre un fondo de color variable según el tiempo litúrgico, todo dentro de un marco de caoba con las figuras de bronce de los Evangelistas. A los lados y sobre columnas también de caoba y dorados se encuentran el Sagrario, del lado izquierdo y del contrario una talla moderna de la Virgen.



Talla de aire barroco que preside
la Capilla.
El altar es de los  mismos materiales, con capiteles y otros elementos de bronce que podrían haber pertenecido al altar mayor de la Basílica reformado tras el Concilio Vaticano II.
En la sacristía se guarda la pequeña imagen de la Virgen del Silencio, bronce traído de Lourdes por el Obispo de Oviedo  D. Ramón Martínez Vigil y donada por sus familiares. Anteriormente se situaba en una de las columnas del presbiterio sobre un expositor eucarístico de Granda. De este taller madrileño procede también  la arqueta para el Monumento del Jueves Santo que sirvió de Sagrario en esta capilla hasta hace relativamente poco.
El resto del espacio está discretamente decorado, dando lugar a un ambiente recogido y que invita a la oración. De hecho, esta capilla fue utilizada para la adoración perpetua durante unas obras de restauración en la capilla de las Esclavas -que casualmente es también obra de los Talleres Granda-.


La tortuga, siempre presente en la obra de
 Félix Granda. En este caso se trata del expositor
 eucarístico de la capilla
.

Fondos de diferente color que se cambian según el tiempo litúrgico.







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