CAPILLA DEL COLEGIO VIRGEN MILAGROSA



Fachada del Colegio en el número 16 
de Marqués de Pidal.
En la céntrica calle de Oviedo, Marqués de Pidal, se encuentra el Colegio de las Hijas de la Caridad, La Milagrosa. Proyectado por el célebre arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oíza, sobrino de la superiora de entonces, Sor Blasa Oíza Sagués, comenzó a construirse en octubre de 1965 y no será completado hasta 1969.
Sorprende el tamaño del colegio no aparente desde fuera y la magnífica disposición con la que fue ideado. No obstante, la necesidad de espacio o de nuevos usos en el centro han provocado notables reformas que distorsionan el diseño original del Sáenz de Oíza.
En el segundo piso y orientada hacia la Calle Uría, se abre la capilla. Es tal vez el espacio que más refleja los rasgos del autor, encontrando similitudes con la obra de Torres Blancas que Oíza construía paralelamente en Madrid.




El colegio en construcción. Foto cedida por Gregorio Sercas.
Vista del patio exterior con la capilla al fondo.

Ntra. Sra. de la Medalla Milagrosa.
Se compone de una sola nave con coro, sacristía a los pies y ábside rectangular más estrecho elevado sobre cinco escalones. Esta última zona está iluminada por seis claraboyas en el techo. En el lado del Evangelio, tanto en el coro como bajo él en la nave, encontramos una hilera de pequeñas ventanas cuadradas que dan al patio y tres gruesos pilares. Todo el techo de esta parte está compuesto por casetones al igual que el resto del colegio.

Toda la estructura es de hormigón pintado de blanco donde las formas curvas predominan sobre los ángulos rectos, de acuerdo con la importancia que Sáenz de Oíza daba al círculo.

Volviendo al ábside, que está introducido por un paño oblicuo en el lado del Evangelio, encontramos el altar que es de metal plateado y fue diseñado por el mismo arquitecto. Sobre este colgaría del techo una cruz simple en material similar.


San Vicente de Paul con 
la nave de fondo.
En el muro del testero se encuentran sobre peanas de mármol: el Sagrario, de plata y esmaltes; la imagen de la Virgen Milagrosa, talla de finales del XIX y la del Sagrado Corazón.
El altar está muy oscurecido por el tiempo y no se aprecia la plata, la cruz fue retirada sustituyéndose por un gran crucifijo de Olot procedente del antiguo colegio que se encontraba en Gil de Jaz.
La imagen de la Virgen procede también de la capilla del anterior colegio, es de madera y telas encoladas, aunque desgraciadamente ha sufrido repintes y fracturas en los dedos.
La del Sagrado Corazón, está también repintada. Hoy se encuentra en la sacristía y ocupa su peana una imagen de San Vicente de Paul (fundador de las Hijas de la Caridad) que es de pasta de cartón-madera.
Del lado del Evangelio y sobre las gradas que conducen al altar existía un pulpito ovalado unido a la pared que ha sido eliminado. Sobre este se localizaba también una hornacina destinada a albergar una imagen que en su día prometió el arquitecto y que al no llegarse a hacer, fue tapiada.

Archivo del Centro. Ábside de la capilla antes de ser reformado.

Dibujo de un niño de cuatro años
En los años noventa y por razones de practicidad, se acomete la gran reforma que convierte la capilla en sala de usos múltiples, dividiendo su espacio con mamparas correderas de madera. Una frente al altar y otra a mitad de la nave permiten crear un salón de actos o dos salas amplias dejando oculto el presbiterio. Se destruye el púlpito, aumentan las ventanas y se retira el via crucis de hierro. También se cegó el coro para transformarlo en sala de audiovisuales y se sustituyeron los bancos por sillas

La consecuencia es un espacio que ha perdido la continuidad y amplitud originales pero que mantiene la arquitectura casi espiritual de Oíza.





Archivo del Centro. La nave y coro antes de ser reformados.



BIBLIOGRAFÍA




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