CAPILLA DEL PALACIO EPISCOPAL




Es probable que muchos al pasear por el casco antiguo hayan avistado entre los tejados una enigmática campana, que por su pequeño tamaño, fácil es de perder sin encontrar ninguna iglesia.
Se trata de la espadaña de la capilla del Palacio Episcopal, en la Corrada del Obispo, y hay que asomarse a su claustro para volver a encontrarla.
El palacio data de los años de la posguerra, al haber sido incendiado el anterior en la revolución de 1934. 
Aunque conserva la estructura original, solo la portada con sillares almohadillados y  los escudos de Felipe II, el obispo Diego Aponte de Quiñoles y la cruz de los ángeles en su fachada, son de la fábrica del S. XVI.

La antigua capilla profanada en 1934.
(Acción)

Volviendo al asunto de la capilla, está situada en la panda occidental del claustro alto, orientada al sur. En la campana situada sobre esta, podemos observar el escudo del obispo Benjamín de Arriba y Castro, aún con la corona del condado de Noreña y la fecha del final de las obras de reconstrucción del edificio: III-IV-MCML.
La planta rectangular está cubierta por una bóveda de cañón con lunetos y  decorada con yeserías de aire barroco. Tras el altar se encuentra la sacristía, con una puerta a cada lado del mismo. En el lado del Evangelio se sitúan la entrada y varias ventanas que dan al pasillo del claustro.





Capilla del Arzobispado en la actualidad con el mobiliario de la Fábrica de la Vega.

De la bóveda cuelgan dos lámparas de bronce provenientes de la capilla de la antigua Fábrica de Armas de la Vega, recientemente restauradas. Son también de esta factoría, cerrada en 2012, el confesionario, el mueble de sacristía y el retablo que enmarca una reproducción de la tabla de Menendez Pidal: "Yo soy", Jesús en casa de Caifás. Los bancos son nuevos y llevan el escudo del actual Arzobispo, Don Jesús Sanz Montes. También destaca a la derecha del retablo un trono episcopal ricamente tallado. 
El confesionario y las lámparas, diseñados por el arquitecto Luis Menéndez-Pidal, tienen -o tuvieron- obras gemelas en la Santa Cueva de Covadonga. Y tanto el confesionario como la cajonera de la sacristía están claramente inspirados en los realizados en el S. XVIII por José Bernardo de la Meana para la Catedral.




Medallón de alabastro con la efigie de San José.
Detalle de unos de los ángeles que flanqueaban el sagrario.
El retablo en madera vista, es de arquitectura dórica en la mitad superior y barroca en su altar, seguramente inspirado en los de la Catedral. Viene a sustituir a otro  que es hoy el principal de la iglesia "Nueva" de Colloto.
Este último cuenta con una peana central donde se situaría la imagen de la Virgen de Covadonga  -Hoy sustituida por Santa Eulalia- y dos medallones de alabastro a los lados con los rostros de Cristo y San José, quedando así representada la Sagrada Familia. Sobre el arco de medio punto que rodea la pieza central aparece un escudo con el anagrama de María. Sobre el altar y a los lados del Sagrario hay dos ángeles en relieve, uno lleva espigas y el otro racimos de uvas en referencia a la Eucaristía.






Retablo de la Iglesia Nueva de Colloto.

La capilla con el antiguo retablo. Archivo del Seminario de Oviedo.
En el altar encontramos el Crismón con las letras alfa y omega y flanqueado por dos hornacinas con las figuras de San Pedro y San Pablo, columnas de la Iglesia. El retablo cuenta además con un juego de seis candeleros y cruz de altar. Los candeleros son de bronce y tienen un pequeño medallón de cobre en el que figura cada uno de los cuatro padres de la Iglesia de occidente (San Agustín, San Ambrosio, San Gregorio Magno y San Jerónimo), los dos restantes tienen ángeles. En los extremos de la cruz aparecen otros con los cuatro Evangelistas y en la macolla hay grabado un escudo vacío con los atributos episcopales (capelo, mitra y báculo). Estos dos últimos candeleros y la cruz han sido adaptados para ser procesionales. 
También se ha transformado el hueco del Sagrario en hornacina para guardar las reliquias de Santa Eulalia de Mérida y de la Beata Esperanza de Jesús.
La imagen de Nuestra Señora de Covandonga que ocupaba originalmente el retablo, fue a parar a la parroquia del mismo nombre en la calle Bermúdez de Castro. Es una talla dorada, policromada y estofada que D. Gabino Díaz Merchán entregó a este templo cuando se inauguró en 1979.

En la actualidad, aunque la capilla del Arzobispado conserva la estética de tal función, es utilizada más bien como salón de actos para reuniones del clero, manteniendo con dignidad esta pequeña parte del legado de la Fábrica de Armas. 

Por otro lado, el palacio cuenta con una capilla más más pequeña y sencilla que carece de cualquier valor artístico.



BIBLIOGRAFÍA


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