CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA. RESIDENCIA SANITARIA DEL ANTIGUO HUCA

A la derecha: la capilla en construcción.Foto del Banco de Imágenes de la Medicina Española. Real Academia Nacional de Medicina.
La residencia de Nuestra Señora de Covadonga emplazada en el antiguo complejo hospitalario de El Cristo, fue inaugurada en 1961 obra del arquitecto racionalista Fernando García Mercadal. El edificio sufrió varias ampliaciones entre 1990 y 1993 que acabaron por ocultar buena parte de su arquitectura original. 
En el interior, pasado el vestíbulo donde hoy se acumulan muebles y camillas y  al fondo de un sobrio pasillo, aparece como señal de esperanza una luz azulada. Es ahí, al final del ala oeste, donde encontramos la capilla. 


Esta se compone de una nave principal con dos laterales de menor altura y un ábside semicircular. Del lado del Evangelio está la sacristía y un confesionario empotrado, mientras que en el de la Epístola se abre el baptisterio, de planta pentagonal. 

El presbiterio se eleva sobre siete gradas y a sus lados se abren dos grandes ventanales que, semiescondidos, iluminan el ábside de mosaico azul con estrellas de bronce y la imagen de María en el centro, presentándonos un adelanto del cielo. 
En el centro de esta ilusión: el altar, núcleo de la liturgia y tras  él: el sagrario.
Talla de Cristo crucificado que perteneció
 a esta capilla y hoy preside la del nuevo HUCA
La imagen de la Nuestra Señora de Covadonga es obra de Antonio Martínez Penella, tiene el manto blanco y adornos dorados mientras que los rostros y manos dejan a la vista el color natural de la piedra. Un aro fluorescente ilumina la cabeza de la Santina y aunque no parece un elemento original, es muy acertado ya que resalta notablemente la figura. 
En la actualidad la capilla está prácticamente desmantelada. El ara y el sagrario han sido retirados, al igual que algunas de las estrellas que se encontraban a menor altura. También se han quitado bancos, plafones, un armonium, imágenes...Prevalecen algunos exvotos e incluso un ramo de flores seco, que en su día dejaron los pacientes del antiguo HUCA.
Otros elementos conservados son las dos credencias de piedra y las  cancelas de hierro que con discreción separan la zona del altar de lo demás.



Detalle de uno de los apóstoles,
 imposibles de identificar.
Fuera ya del presbiterio, cuelgan en las naves laterales la pareja de mosaicos de Antonio Suárez, con el tema de los doce apóstoles que proceden de la desaparecida capilla del Hospital General convertida en laboratorios y para la que Suárez realizó también  las vidrieras, un mural sobre el Bautismo y un vía Crucis
La nave principal cuya altura supera más del doble a las adyacentes, deja a la vista el ladrillo, particularmente largo, como sucede en la capilla de la Residencia Sanitaria de Pamplona, obra también de Mercadal y en la que se repiten otros elementos como las rejerías o los apliques.
Cuesta apreciar, si no es desde fuera cómo los muros convergen hacia el altar creando un efecto de profundidad.


Mosaicos de Antonio Suárez. Arriba el del lado del Evangelio, abajo el del contrario.



Foto: Banco de Imágenes de la Medicina Española.
 Real Academia Nacional de Medicina.

En el baptisterio, vuelve a reinar la luz con la vidrieras que rodean la pila bautismal, ambas muy artísticas. Este espacio esta cercado por una sencilla reja y cuenta con dos mesillas auxiliares de piedra decoradas con conchas. La pila bautismal que se halla sin su tapa original está pendiente de ser retirada.
La vidriera que ocupa el centro representa, como no podía ser de otra forma, el bautismo de Cristo con San Juan y la Teofanía. Las cristaleras de los extremos muestran ángeles orantes habiendo sido cegada la de la derecha en una de las reformas del hospital.



Relieve del muro  sur.
Otra vidriera que pasa desapercibida y ha perdido su esplendor, es el rosetón de la Virgen del Perpetuo Socorro, sobre la entrada. No recibe luz al estar cubierta por una contraventana y dar a una consulta del segundo piso. Desde éste uno se puede asomar a un estrecho balcón, poco funcional y del que descartamos que perteneciera a un coro, al igual que tampoco creemos que el rosetón recibiera nunca luz natural, aunque parezca lo más lógico. 

El exterior de la capilla está recubierto de mosaico rosa y sobre el ábside se erige una gran cruz. A ambos lados y encima de los ventanales hay dos bajorrelieves con ángeles que Penella realizó en 1958 junto con otros que decoran distintos puntos de la Residencia.

Ante el incierto destino del edificio, solo podemos esperar que junto con su hermosa capilla sean conservados y que a ella vuelvan todos los elementos originales que se le han arrebatado para devolver así la unidad a tan magnífica obra.


Comentarios

  1. Estupenda la descripción, y totalmente de acuerdo con vuestras peticiones para la Capilla.

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  2. Parte de su mobiliario sigue dando muy buen servicio a los fieles.

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  3. Muchas gracias por dar conocer la historia de esta preciosa capilla en la que siempre me he sentido acogida.

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